No me arrepiento
de los saltos al vacío,
de los bailes de disfraces,
de la espuma,
de las noches del gato y el ratón en la cocina,
de haber perdido la llave tantas veces.
Sigo creyendo
en morder cada manzana sin memoria,
en gastarle la piel a los jazmines,
en el amor de los puertos
que parte volviendo.
Ando intentando
atrapar la mariposa de la duda,
acompasar mi paso con el viento,
caminar por el borde de la pena, sin caer
y remontar olvido,
y no volver.
12 mayo, 2010 | |
Porque no me Resigno
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