08 septiembre, 2008 | | 0 comentarios

Los domingos


Los domingos no son para cualquiera, no señor.
Hay que estar preparado: haber pasado el plumero
a todos los rincones del alma,
hecho amistad (o por lo menos llegado a un acuerdo
de no agresión) con todos los fantasmas ….
haberse perdonado.

Porque los domingos, la realidad aprovecha
Para desnudarse, y pasearse así, en cueros por la casa.
Uno mira para otro lado, prende la tele,
agarra un diario, o un libro, y con eso zafa un par de horas.
Pero si en un descuido levanta la vista,
ella sigue ahí, como si nada, echada en el sofá.

Entonces uno corre al cine, a ver lo que sea,
llama a alguien, come algo …. Pero el domingo es largo,
y, mas temprano que tarde, uno se la topa de frente:
-“Aquí estoy”. Y no queda otra que mirarla,
así, con todo al aire, con lo que es y lo que no es,
con lo que ya fue, y lo que sabemos que nunca va a ser.

Uno intenta tapar el agujero que siente en la panza
con un sánguche de queso y pan viejo, y, previa pastillita,
se mete en la cama bien temprano.
Por suerte, mañana es lunesssszzzzzzzzz….