15 abril, 2010 | | 1 comentarios

1 + 1 = 3

















Sentado, de espaldas,
la pena helada te rodea.
Y si me acerco y pronuncio de nuevo
las gastadas palabras mágicas?
Aunque, se sabe,
tres mentiras no hacen una verdad:
te habías ido mucho antes
de encontrar tu zapato izquierdo
bajo la cama.

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Acordei Morto

















Acordei morto.
O nariz, mármore,
peito seco, cavado,
o ventre vazío,
orelhas feitas asas de morcego
e pedras nos pés.
As pálpebras costuradas,
fico olhando para adentro
a escuridão tranquila dos que
nunca mais terão pressa.
Cheguei.

09 abril, 2010 | | 0 comentarios

La Casa
















Hacía seis meses que estaba viviendo con él. Kevin no parecía molestarse por el bebé, que era tranquilo cuando no tenía hambre.
Le gustaba la casa … o mejor dicho, las cosas de la casa: la cama antigua, algo angosta para dos, una manta verde bien gruesa con tres quemaduras de cigarrillo (de sus tiempos de soldado, había dicho él), un reloj descompuesto con el que a veces dejaba jugar al bebé, varios libros que, aunque no sabía leer, se daba cuenta que estaban en el idioma de Kevin.
Sabía que él se iba a ir …. claro! Quién querría quedarse en ese pueblo? Por eso, ella había ido llevando de a poco algunas cosas a su escondite en el monte: primero una lamparita, después una cuchara. Él era bien distraído. Leía, salía a caminar, comía poco. Como para no extrañar tanto cuando llegara el momento, al escondite lo acomodó casi como un espejo de la casa: la mesa aquí, el reloj en aquel rincón.
La tarde en que se llevó la manta verde, tuvo miedo. Y con razón: Kevin no apareció. Esperó hasta la madrugada. Resignada, juntó sus pocas cosas y las del bebé y se fue al escondite. Aunque triste, se felicitó por haber se preparado para este día. Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, vio a Kevin durmiendo tranquilamente bajo la manta.

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Inventé un robot

















Inventé un robot. Hace todo lo que yo no quiero: va a la oficina, a las reuniones de consorcio, prepara la cena. Es que quería tener más tiempo para un baño de inmersión, una siesta larga o leer el diario tranquila.
Después de unos días, también dormía con mi marido y ayudaba a los chicos con los deberes mientras yo iba al cine.
Los domingos …. sí, creo que ahí se me fue la mano. Dejé de ir a lo de mis viejos. Me quedaba en cama todo el día, viendo tele.
Hace cuatro meses que estoy muerta. Y todos opinan que se me ve cada día mejor.

06 abril, 2010 | | 0 comentarios

La Cena











Ya está un poco frío el mate. Le cebo uno más y cambio el agua. Ella no me dice nada … nunca me dice nada. Ni cuando se está acabando la yerba, ni cuando hay que sacar la basura … Tampoco me habla durante el almuerzo, aunque yo me doy cuenta si no le gusta lo que cocino, porque vuelve a mirarme así, con esos ojos largos, filosos, los que le conocí esa tarde, la maldita tarde en que se me ocurrió ponerme a arreglar la batería de la furgoneta, y justo cuando ella se acercó con un mate, el ácido le saltó a la cara …
Después de lavar los platos, vuelvo a atender el kiosco. Todavía hay gente que me pregunta: - Y la Lidia? Hace como un año que no se la ve. Yo les digo que se fue a La Rioja, a acompañar a la madre, aunque la verdad, ella no tiene familia.
Hoy cierro temprano para ir a hacer las compras. Carne para milanesas tengo. Solo me falta el veneno para ratas …

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Miedo












Se que pronto voy a tener que salir de acá, pero tengo miedo. Son los gritos, y ella que llora casi todo el tiempo. Los gritos repitiendo "te lo dije!", y ella que llora. Y aquí adentro todo se pone amargo. Después se queda dormida, y descansamos un rato. A veces me canta, despacito, o se sienta al sol a comer chocolate ... le encanta el chocolate! a mi también (en eso nos parecemos).
Se que voy a tener que salir de aquí, pero tengo miedo.