04 febrero, 2010 | | 0 comentarios

La Mujer de mi vida
















Es hermosa, inclasificable (cualidad que cultiva con esmero).
Se pasea con gracia entre roles aparentemente incompatibles: ama de casa abnegada, eterna intelectual, dama frívola, ser espiritual, y en todos resulta creíble, aunque ninguno la defina tan bien como la mezcla misma, alquimia indescifrable de su encanto.
Es difícil, orgullosa, terca, altiva, y por eso mismo conmueve infinitamente su fragilidad.
Ella se hizo a si misma, y se reinventó varias veces para escaparle a la pobreza, al desamor, a la mediocridad, a la muerte.
No se entrega con facilidad. Va dosificando cuidadosamente su atención y su afecto. solo entre aquellos que a su juicio lo merecen. Muchos quisieran estar en esa lista, pero no es fácil, lo cual vuelve más atractivo el desafío. Y no deseo a nadie el infortunio de caer de su gracia! Sobreviene entonces el destierro a un planeta húmedo y helado, desde el que, para aumentar el dolor, se puede ver a través de una pequeña ventana, su mundo tibio con música de bolero y luces de Navidad.
Es así … ella puede hacerte sentir un rey o un paria, inspirarte para grandes desafíos o derrumbarte con una sola palabra.
Hermosa, inclasificable, difícil, orgullosa, infinitamente vulnerable. Amarla es vivir en la montaña rusa: por un momento en la cima del mundo, y al siguiente cayendo en picada, con la esperanza del próximo ascenso.
Pero, como dicen por ahí, el amor solo es del bueno si duele.
No hay dudas: ella, mi mamá, es la mujer de mi vida.

01 febrero, 2010 | | 0 comentarios

Veneno
















No me ofrezcas tregua,

ni agua bendita.

Quién habló de paz?

Prefiero la gracia divina

de vivir azotando el deseo,

colgada del borde,

pidiendo fuego.

Y cuando te vayas

y se acabe el juego,

no olvides llevarte

la margarita.